Barcelona mantendrá los clubes cannábicos. 120 locales se salvan de cerrar las puertas después de que el gobierno municipal (Barcelona en Común y el PSC), ERC y la CUP hayan dado el sí al nuevo Plan especial urbanístico para la ordenación territorial de Clubes y Asociaciones de Consumidores de cannabis. «La aprobación de esta propuesta permite no criminalizar a los clubes y asegurar la convivencia con el resto de personas», ha destacado la concejala y teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, en el Pleno del Consejo Municipal de este viernes.

La aprobación hace que los clubes cannábicos de la ciudad respiren tranquilos, ya que en un primer momento, la especial urbanística que debía condicionar su actividad -aprobado en Comisión de Gobierno en 2015, en el anterior mandato- contemplaba el cierre de 120 clubes, dejando sólo 11 en funcionamiento. Con la entrada de BComú al Ayuntamiento se inició un proceso participativo con federaciones y asociaciones cannábicas que, según asegura Janet Sanz, se ha hecho extensible a otros agentes, como expertos o servicios sociales. El resultado ha sido una flexibilización de la normativa para incluir las necesidades de los clubes.

El documento que regulará los espacios del cannabis en Barcelona contemplará pero una serie de requisitos en relación a la distancia, la superficie, y la ubicación de las asociaciones. Habrá una distancia mínima de 100 metros entre clubes y otros equipamientos municipales, además de centros docentes obligatorios. En Ciutat Vella, Gràcia y cascos antiguos se amplía a 150 metros.

Se limitará, además, a 200 metros cuadrados la superficie de los clubes: todos los locales deberán tener acceso por la vía pública y una chimenea para dar salida al humo. Todos los locales que quieran abrir en la ciudad deberán homologarse a la normativa y los que ya están en funcionamiento tienen 18 meses para hacer cambios en los locales.

Janet Sanz ha explicado que el Plan quiere ser «una herramienta más» al servicio de salud pública del Ayuntamiento. De hecho, el consistorio ya ha empezado a trabajar en una ordenanza que «priorice los criterios de salud pública», más allá del Plan espacial urbanístico aprobado este viernes.

Este ha sido el punto más criticado por los grupos del ‘no’ (PP y CiU) y por Ciudadanos (abstención), que consideraron insuficiente un Plan urbanístico territorial. «Hay que buscar un equilibrio entre el anterior y este Plan», destacó Koldo Blanco, de Ciudadanos. El Área de Ecología, Urbanismo y Movilidad está trabajando de manera coordinada con el Comisionado de Salud del Ayuntamiento de Barcelona y la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), en base a los principios que fija el Plan de Acción sobre Drogas 2013-2016.

El concejal del PP, Xavier Mulleras, ha añadido que con este Plan se hace una «llamada» a la proliferación de este tipo de espacios y que en Barcelona ya se la conoce, como Amsterdam, como una ciudad «cannabis friendly» europea. Por su parte, Janet Sanz ha matizado que el Plan «no promueve el consumo del cannabis» y remarcó que la regulación permitirá prevenir problemas asociados a los clubes. El Ayuntamiento destaca que el Plan garantiza «el derecho a la asociación, el derecho a la salud pública, la convivencia y la protección del medio ambiente».