El estudio, realizado sobre una muestra de 3.696 estudiantes universitarios de dieciocho años, revela que empezar a beber alcohol a una edad temprana se asocia concretamente con un aumento de los síntomas psicopatológicos, es decir, de indicios que apuntan a la posibilidad de padecer una alteración psicológica en el futuro. Además, como síntomas frecuentes se observó malestar corporal, hostilidad y agresividad.

«La presencia de estos indicios no significa necesariamente la existencia del trastorno clínico, pero sí se puede interpretar como una susceptibilidad a padecerlo», explica Luis Miguel García Moreno, investigador del departamento de Psicobiología de la UCM y coautor del trabajo, publicado en ‘Psicothema’.

Los científicos tuvieron en cuenta nueve dominios psicopatológicos: ansiedad, depresión, obsesión-compulsión, fobia, hostilidad, ideación paranoide, sensibilidad interpersonal, psicoticismo y somatización.

Seguir leyendo >>