La cocaína es una de las drogas ilícitas más utilizadas en el mundo occidental y es altamente adictiva. Un informe realizado el año pasado por el Consejo Asesor del Gobierno de Reino Unido sobre el Uso Indebido de Drogas encontró que casi uno de cada 10 de todas las personas de 16 a 59 años ha consumido cocaína en su vida. El consumo de cocaína está implicado, pero no necesariamente es la causa de 234 muertes en Escocia, Inglaterra y Gales.

Sin embargo, a pesar de los avances significativos para entender más sobre la biología de la adicción -incluyendo la forma en que el cerebro de las personas adictas a la cocaína puede diferir en la estructura- no hay actualmente un tratamiento médico para la adicción a la cocaína, por lo que la mayoría de las personas son tratadas con terapia cognitiva o hablar.

Un equipo de investigadores liderado por la doctora Karen Ersche, del Departamento de Psiquiatría de Cambridge, examinó el tejido cerebral en 44 personas que eran adictas a la cocaína y 44 voluntarios de control sanos. En el grupo de la cocaína, detectaron cantidades excesivas de hierro en una región del cerebro conocida como ‘globus pallidus’ (globo pálido), que normalmente actúa como un «freno» para inhibir el comportamiento.

Seguir leyendo >>