La inercia de ley del tabaco de 2006, que limitaba los cigarrillos en espacios públicos, y la del 2011, que añadió la prohibición de fumar también en bares pequeños y en los recintos escolares y sanitarios, ha convertido espacios privados en lugares sin humo por iniciativa propia. Ahora, en el 87% de los hogares no se fuma.

«No hay vuelta atrás», se felicita Esteve Fernández, autor principal del estudio conjunto del Institut Català d’Oncologia y de la Agència de Salut Pública de Barcelona que pone de manifiesto ese efecto de contagio antitabaco de la población española. «Ya lo habíamos demostrado en un estudio previo en Barcelona, en el que incluso hicimos análisis la presencia de cotinina en la saliva, un marcador que detecta al fumador. Pero ahora hemos podido comprobar prácticamente los mismos resultados en todo el Estado». Esteve Fernández, el responsable de la Unidad del Tabaco del ICO, y la investigadora María Jose López, de la Agència de Salut Pública, son los firmantes de esta investigación financiada por el Instituto Carlos III que se publica hoy en la revista Nicotine&Tobacco Research.

Seguir leyendo >>