La aceptación del cannabis medicinal a todos los efectos parece imparable. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha confirmado que hará este año su primera gran evaluación respecto al beneficio médico de la planta de marihuana (Cannabis sativa). Dicho estudio será terreno inexplorado para su Comité de Expertos en Drogodependencia creado en 1949, un organismo con potestad de emitir recomendaciones a Naciones Unidas (ONU) a fin de reforzar o relajar unos controles internacionales que, actualmente, restringen bastante su uso terapéutico. Pues la OMS situó en 1961 al cannabis en su lista I, reservada a las «drogas más peligrosas» (como la heroína), y también en la lista IV, con sustancias a las que se les reconoce «escaso valor médico».

Pero ahora la dinámica es distinta, a tenor de informes como el divulgado recientemente por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos; se han analizado más de 10.000 documentos publicados desde 1999, atendiendo tanto a impactos positivos como negativos y alcanzando unas 100 conclusiones acerca de los compuestos químicos conocidos como cannabinoides, desde sus efectos terapéuticos hasta posibles riesgos de causar ciertas enfermedades o trastornos mentales. «Durante años, el paisaje del uso de la marihuana ha estado cambiando rápidamente a medida que más y más estados -ya son 28- legalizaban el cannabis para tratamiento médico y uso recreativo», comenta Marie McCormick, coautora del informe y profesora en la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan (Boston, EE UU).

Los académicos encontraron «pruebas de que los pacientes tratados con cannabis tenían más probabilidades de experimentar una reducción significativa» en la sintomatología de dolores crónicos. «Para los adultos con espasmos musculares relacionados con la esclerosis múltiple, había pruebas sustanciales de que el uso a corto plazo de ciertos cannabinoides orales mejoraron sus síntomas», sostiene el informe, que describe así los medicamentos de la maría por vía oral pero que son de expresa fabricación humana. «Además, en adultos con náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia, había pruebas concluyentes de que ciertos cannabinoides orales fueron eficaces para prevenir y tratar esas dolencias», añade el estudio, que cuenta con 400 folios de información.

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