A nuestro alrededor, cada vez hay más personas que dedican demasiado tiempo al trabajo, esto afecta a muchos ámbitos de sus vidas (relaciones sociales, felicidad, salud, etc.), no es una situación nueva, sino que ya fue descrita en 1968 por Oates, quien la denominó workaholism (adicción al trabajo). Diversos autores nos definen un adicto al trabajo como una persona que, debido a causas internas, se siente impulsada a trabajar sintiéndose culpable si no lo hace. Estas personas, presentan varios patrones de conducta característicos como: pasar excesivo tiempo en el trabajo con las actividades intrínsecas que conlleva el mismo, produciendo consecuencias negativas en su desarrollo social, familiar y de ocio; tener muchas expectativas en su trabajo, más allá de los requerimientos del mismo y de sus necesidades económicas; dedicar al trabajo más energía de la necesaria; la persistencia y la frecuencia que tienen en su trabajo hacen que piensen en él aunque estén fuera del mismo.

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