Nota: artículo original publicado en http://www.infosalus.com

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) afecta al 9 por ciento de la población de más de 40 años en España pero podría ser una patología «rarísima» si no existiera el tabaquismo, ya que es responsable de hasta el 90 por ciento de los casos, según alerta la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

Con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebra este miércoles, 31 de mayo, esta sociedad científica recuerda que el consumo de tabaco en España sigue siendo la primera causa de muerte evitable y deja un «reguero» de 60.000 fallecimientos al año.

El director del Programa de Investigación de Tabaquismo de SEPAR, Carlos Jiménez, ha reconocido que el tabaquismo «agrava las desigualdades sanitarias y la pobreza», como demuestra que las tasas más altas de consumo se centran en las poblaciones más económicamente deprimidas, que «además es el grupo social que dedica menos recursos a necesidades básicas como la alimentación, la educación y la atención sanitaria».

De hecho, el lema para el Día Mundial de este año es ‘El tabaco, una amenaza para el desarrollo, ya que aproximadamente el 80 por ciento de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, donde es mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco.

Los Programas de Control del Tabaquismo, que están incluidos en la Agenda para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, son una de las formas más eficaces conseguir el objetivo de reducir en un tercio en 2030 la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en todo el mundo, incluidas las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

«La clave para terminar con la epidemia del tabaco es combinar la ayuda médica a los fumadores para que dejen de serlo con unas políticas públicas más estrictas», según Jiménez, que recuerda que si los fumadores dejan de fumar «no solo mejorarán su salud, sino también la de las personas no fumadoras expuestas al aire ambiental contaminado por humo de tabaco».

Además del apoyo a los programas de deshabituación tabáquica, las directrices de Naciones Unidas a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se centran en las advertencias textuales y gráficas impactantes; la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco; y establecer impuestos más altos al producto.

Sobre esto último, SEPAR asegura que aumentar un euro el impuesto sobre los cigarrillos permitiría recaudar a nivel mundial 190.000 millones más, lo que generaría ingresos fiscales para los gobiernos, reduciría la demanda de tabaco y sería una fuente de ingresos importante para financiar la cobertura sanitaria universal y actividades de desarrollo.