Nota: artículo publicado en eltiempo.com

Este dato, que hace parte de un nuevo informe de la DEA, es solo uno entre una serie de estadísticas que Washington estaría presentando para demostrar que la explosión de los cultivos ilícitos en Colombia de los últimos años ya se está reflejando en las calles de EE. UU., donde el consumo viene creciendo a un ritmo acelerado.

De acuerdo con el reporte, hay evidencias a todo nivel que confirmarían esa tendencia. Según EE. UU., el flujo de cocaína desde Suramérica alcanzó en el 2016 cifras récord. Los decomisos en la frontera sur, por donde entra la mayor parte de la coca, habría crecido en un 20 por ciento entre 2015 y 2016, una cifra similar entre el 2014 y el 2015. Para EE. UU. ese aumento de los decomisos es un indicio de un aumento de la oferta.

De acuerdo con el informe de la DEA, entre el 2009 y el 2015 el grado de pureza del gramo (promedio) permaneció relativamente estable: entre 45,5 y 49,1 por ciento de pureza. Pero en el 2016 ese número saltó a 56,4 por ciento. En cuanto el valor del gramo bajó de 202 dólares a 165 dólares. Si bien estas variaciones no necesariamente implican crecimiento en la oferta, se asocian a un aumento de la disponibilidad. Existe evidencia, además, de un alza concreta en el consumo.

Según la DEA, que cita el más reciente reporte oficial, el consumo de cocaína entre mayores de 12 años tuvo un incremento del 23 por ciento entre el 2014 y el 2015 (la cifra más alta desde el 2009). Y también creció en un 26 por ciento, para ese mismo periodo, el número de personas que reportaron probar la droga por primera vez.

Otro indicador usado por EE. UU. para medir el aumento de consumo es el examen que se les realiza a las personas en sus lugares de trabajo para detectar uso de estupefacientes. En el 2016, el número de personas que dio positivo por uso de coca creció en un 12 por ciento, así se ubicó en su punto más alto en siete años.

En cuanto a las muertes por intoxicación con cocaína, el incremento fue del 25 por ciento entre el 2015 y el 2016.

Para los autores del informe de la DEA, no hay duda de que el aumento de los cultivos ilícitos en Colombia -de un 134 por ciento entre 2013 y 2016- está relacionado de manera directa con los síntomas que ya se ven en EE. UU.

Y en el reporte, que titulan ‘La expansión de producción de coca en Colombia contribuye al crecimiento de la oferta en EE. UU.’, sostienen que salvo que el Gobierno colombiano cambie de táctica -o los consumidores y traficantes cambien de patrón- está tendencia seguirá hasta bien entrado el año entrante.

«En el 2018, EE. UU. seguirá experimentando el nivel de oferta y consumo más grande en una década. Incluso si los cultivos se mantuvieran estables en Colombia, la producción potencial probablemente crecerá por lo menos hasta el 2017, dada la maduración de plantas sembradas en el 2016 y los incentivos económicos para que los campesinos sigan sembrando la droga», sostiene el reporte al subrayar estos factores como razones del aumento, sumado a la suspensión de la aspersión aérea.

Lo más interesante de este reporte es que por primera vez una agencia del Gobierno conecta oficialmente la expansión de los cultivos en Colombia al aumento del tráfico y consumo en EE. UU. Esto podría generar dificultades en las relaciones entre ambos países, especialmente ahora que el Congreso debate sobre el monto y las condiciones de la ayuda que piensa dar al país para la implementación del acuerdo de paz.