Nota: artículo publicado en infosalus.com

La exposición al humo de segunda mano durante los nueve meses de gestación está asociada con un mayor riesgo de problemas respiratorios en los menores, según un estudio realizado por investigadores japoneses y publicado en la revista ‘Tobacco Induced Diseases’.

La investigación, realizada a 1354 madres por el Departamento de Epidemiología de la Facultad de Medicina de Ehime (Japón) ha revelado que, en comparación con los niños no expuestos al tabaquismo materno durante el embarazo, los que habían entrado en contacto con el humo tienen dos veces más probabilidades de desarrollar sibilancias.

«Fumar durante el embarazo puede provocar una disminución del aporte nutricional al feto, reducción de sus medidas corporales; alteraciones endroconológicas o de la función pulmonar, complicaciones obstétricas (abortos espontáneos, placenta previa), un incremento del riesgo de malformaciones congénitas o, incluso, la posibilidad de muerte súbita del lactante», ha explicado el coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), Luis Moral.

El tabaquismo pasivo puede causar además enfermedades vasculares, oncológicas, alteraciones neurosensoriales o cognitivas. En el caso de los niños asmáticos, el tabaquismo pasivo es el factor evitable más importante que interviene en el desarrollo del asma y exponerlos al humo de tabaco acentúa los síntomas y problemas respiratorios, pues los hace más frecuentes.

Los últimos datos de la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) del Ministerio de Sanidad han señalado que uno de cada tres españoles son fumadores diarios. «Las cifras nos dicen que estamos ante una situación muy grave, pues el riesgo de exposición al humo del tabaco es bastante alto. En algunos países, los pediatras incluso aconsejan no besar ni abrazar al menor hasta ocho horas después de fumarse el último cigarrillo», ha resaltado Luis Moral.

Los médicos también tienen un papel fundamental en la intervención sobre el hábito de fumar de los padres, así como impedir el inicio del consumo entre los adolescentes. Según el doctor, las medidas de prevención que se deben llevar desde pediatría se resumen en las cinco ies, «interesarse y ser consciente de la gravedad del problema; interrogar sobre el ambiente del tabaco; informar de los riesgos potenciales que pueden afectar a su hijo; inculcar y motivar a estos para no consumir en casa o incluso alentar a dejar su consumo como mejor medida e insistir sin crear rechazo».

La SEICAP tratará la relación entre los menores y su exposición al humo del tabaco en su intervención, el próximo viernes 20 de octubre, en el I Curso Nacional de Tabaquismo en Pediatría, organizado por el Hospital General Universitario de Alicante.