La adicción al tabaco roba más de un millón de años de vida a los españoles cada año, lo que representa el 10% de toda la carga de enfermedad en el país, según el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre la salud pública en España. El trabajo, elaborado por especialistas de 21 hospitales y centros de investigación, constata que la mayoría de las causas de muerte prematura y enfermedad en España se podrían prevenir fácilmente con mejores políticas sanitarias y cambios de comportamiento individuales. “El tabaquismo es una enfermedad social transmitida por nuestros familiares o amigos. Las autoridades tienen que reducir el acceso al tabaco, quitar las máquinas expendedoras de los bares, subir el precio de las cajetillas, prohibir fumar en espacios públicos abiertos”, exhorta el epidemiólogo David Rojas, del Instituto de Salud Global de Barcelona.

El llamado Estudio de la Carga Global de las Enfermedades, coordinado por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, mide la salud en todo el mundo de forma anual. En algunos países, como EE UU, Brasil y México, han surgido iniciativas nacionales para desarrollar estos datos a nivel local. En España, este nuevo trabajo es el segundo que trata de hacer una foto en alta resolución de la salud pública en el país, tras un primer intento con datos de 2010. Los investigadores —coordinados por el médico Joan Soriano, de la Universidad Autónoma de Madrid— utilizan casi 1.600 fuentes de información, desde el Ministerio de Sanidad al Instituto Nacional de Estadística. “Es el chequeo más actualizado y exhaustivo realizado en la historia al paciente España”, afirma Soriano.

En 2016, en España se registraron unos 420.000 fallecimientos en una población total de 46,5 millones de personas. Las cinco principales causas específicas de muerte fueron la cardiopatía isquémica (causante de angina de pecho e infarto agudo de miocardio, con el 14,6% de todos los fallecimientos), el alzhéimer y otras demencias (13,6%), el accidente cerebrovascular (7,1%), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (6,9%) y el cáncer de pulmón (5%). El 80% de los fallecidos tenían 70 años o más.

Los investigadores estudian los llamados Años de Vida Ajustados por Discapacidad: el número de años perdidos por culpa de una enfermedad, una discapacidad o una muerte prematura. Si un hombre fumador muere por un cáncer de pulmón galopante a los 51 años, se considerarían 30 años perdidos, porque la referencia es la longevidad máxima mundial de 81 años de los hombres japoneses (86 años en el caso de las mujeres). El tabaco es, de largo, “el factor de riesgo número uno” en España, según el estudio. El tabaquismo fue responsable de 1,15 millones de años de vida perdidos en 2016, principalmente debido a tumores malignos, patologías cardiovasculares y enfermedades respiratorias crónicas.

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