Más de medio millón de adolescentes españoles con edades comprendidas entre los 11 y 18 años confiesa fumar a diario, según el informe «Los adolescentes españoles y su salud», patrocinado por la Organización Mundial de la Salud y coordinado en nuestro país por el Ministerio de Sanidad y Consumo y la Universidad de Sevilla. Dicha investigación, que se realiza cada cuatro años, tiene como objetivo analizar los hábitos de vida de los adolescentes de los países occidentales, destacando cinco aspectos: estilos de vida, contexto familiar, contexto escolar, relaciones y tiempo libre y salud y ajustes psicológicos. En nuestro país, la muestra ha sido realizada a un total de 13.552 adolescentes escolarizados con edades comprendidas entre los 11 y los 18 años. Y hay que decir que éstos se encuentran bastante satisfechos con su vida, calificándola con un 7,45 sobre 10.

Tabaco y alcohol

Los resultados más impactantes tienen que ver con el consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales. En este punto, el estudio resalta que el 14,5 por ciento de los chicos y chicas de entre 11 y 18 años afirma fumar a diario. Según el Instituto Nacional de Estadística, en nuestro país viven 3.607.528 chicos y chicas en esa franja de edad, lo que supone que los adolescentes que fuman de forma cotidiana superan los 520.000. Y es que casi la mitad de los adolescentes españoles (el 46 por ciento) manifiesta haber fumado tabaco alguna vez.

Aunque la mayor parte de los adolescentes fumadores se encuentra en la franja de 17-18 años, el promedio en la edad de inicio en el consumo de tabaco supera levemente los 12 años (11,7, los chicos, y 12,7, las chicas). Una señal de alarma, que viene a rebatir los últimos datos que se manejaban en nuestro país, y que situaban la edad media de inicio en los 13,1 años. Estos datos avalan, por tanto, que uno de los pilares de la futura Ley del tabaco sea precisamente la protección de los menores ante este hábito.

Tabaco y alcohol van íntimamente unidos, según el informe, que resalta que el inicio en el consumo de bebidas alcohólicas también gira en torno a los 12 años. Un 10,5 por ciento de nuestros adolescentes (aproximadamente 400.000) afirma emborracharse con cierta asiduidad, y el 36,9 por ciento de los chicos de 17-18 años (en el caso de las chicas, el 24,3 por ciento) reconoce practicar «botellón» al menos una vez por semana. Pero sus respuestas dejan ver también otra tendencia. Mientras ha disminuido el consumo habitual de cerveza o vino tanto en ellas como en ellos, se mantiene igual el consumo de licores destilados. Así, afirman consumirlos semanalmente en torno al 16 por ciento de los chicos y chicas de 15 y 16 años y el 36 por ciento de los chicos y 26 por ciento de las chicas de 17 y 18 años. Unas cifras que sitúan a los adolescentes españoles en el séptimo lugar en el consumo semanal de licores destilados de entre los 32 países, la gran mayoría europeos pero también Canadá y Estados Unidos, en los que se realizó este estudio.

Una posición parecida a la que también alcanza nuestro país cuando se subraya el impacto del consumo de hachís entre los adolescentes españoles. El 31,8 por ciento de ellos (más de un millón) ha consumido cannabis. Considerando sólo a los de 15 años, España está entre los seis primeros países en el consumo de cannabis. Bastante menor es el consumo de cocaína, si bien ha aumentado en todas las edades estudiadas. Un aspecto que sigue preocupando a las autoridades sanitarias es el consumo simultáneo de más de una sustancia. Así, el 80 por ciento de los fumadores ha probado alguna vez las drogas de diseño, cifras similares a las de los adolescentes que ingieren alcohol y fuman a la vez.

Mala alimentación

La investigación también se detiene en los hábitos higiénicos y alimentarios de nuestros adolescentes, concluyendo que una cuarta parte de ellos presenta un consumo bajo de frutas y verduras y, por contra, muy elevado de dulces y refrescos. Un 16,1 por ciento de los chicos y chicas de 11 a 18 años se saltan el desayuno, y apenas el 10,5 por ciento consume verduras a diario. A medida que aumenta la edad, empeoran los patrones alimentarios.

La edad también influye en el tiempo que los adolescentes pasan fuera de casa, y la hora límite de regreso al hogar. Así, los chicos de 11-12 años no pueden volver a casa más tarde de las 21,50 horas; con 13-14 años, la hora límite pasa a las 22,50 horas en el caso de los chicos, y las 22,10 para las chicas; los chicos de 15-16 años pueden llegar a casa a las 0,42 horas (las chicas, a las 0,31 horas); finalmente, los jóvenes de 17-18 años tienen como límite de vuelta al hogar las 3,12 horas, mientras que las chicas regresan antes, a las 2,35 horas.

Los sitios donde realizan las actividades extraescolares y la calle son los lugares más frecuentados por los adolescentes españoles en todas las etapas, excepto en la de 17-18 años, cuyo principal rincón de esparcimiento son los pubs y las discotecas.