Según el profesor Ian Gilmore, especialista en enfermedades del hígado del hospital universitario de Liverpool, el abuso de alcohol entre las británicas es «una bomba con espoleta de efecto retardado».

En unas declaraciones al dominical «The Independent on Sunday», Gilmore señala que cinco años de consumo excesivo de alcohol puede conducir a una cirrosis.

Según la más alta autoridad médica de Gran Bretaña, Liam Donaldson, los casos de cirrosis entre las mujeres de entre 35 y 44 años se han septuplicado en este país desde los años 70.

Una portavoz del British Liver Trust, organización que se dedica a combatir las enfermedades hepáticas, advirtió este fin de semana de que éstas no se circunscriben ya a los bebedores de 40 ó 50 años, sino que cada vez las padecen más personas de 20 a 30 años.

El profesor Gilmore atribuye los altos índices de cirrosis, que superan a los de la mayoría de los países europeos, a la amplia disponibilidad del alcohol.

Muchos jóvenes ingieren grandes cantidades de alcohol antes de salir de sus casas el viernes o el sábado por la noche para poder apreciar antes los efectos de las bebidas que van a seguir consumiendo luego en el pub con sus amigos.

La nueva legislación británica, que permite a los pubs (bares) y otros establecimientos permanecer abiertos y servir alcohol las veinticuatro horas del día siempre y cuando soliciten la oportuna licencia, sólo agravará el problema, advierten los médicos.

Martin Plant, profesor de estudios sobre adicción en la University of the West of England, presentará la próxima semana un estudio comparativo que demuestra que la extensión de las horas de apertura de los bares en distintos países ha tenido un efecto muy nocivo sobre la salud pública.

En Australia Occidental, los bares que optaron por abrir una hora más vieron cómo se duplicaban los casos de violencia relacionados con el alcohol, mientras que en Islandia el resultado fue tan alarmante que se rescindió una nueva ley más permisiva.