Aumentar sólo un 10% el precio del tabaco podría evitar, como mínimo, 10 millones de muertes cada año, así como ayudar a que 42 millones de fumadores abandonasen este hábito. Según un estudio publicado en el último «Tobacco Control» , con esta subida la demanda de cigarrillos descendería un 8% en los países en desarrollo y un 4% en las naciones ricas.

Investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han comparado, en más de 80 países, los precios de un paquete de tabaco durante la última década.

«Como era de esperar, los cigarrillos cuestan más en las naciones desarrolladas y en aquellas que cuentan con fuertes controles sobre el tabaco», como Reino Unido, Australia o Noruega, escriben los autores.

Siete veces más

En el país nórdico una cajetilla cuesta 6,48 dólares (unos 7,44 euros), mientras que en los más pobres, como Kenia, pueden adquirirse por menos de un dólar (1,03 euros).

Los autores han comprobado que, a lo largo de los años 90, los precios han variado hasta un 9%. Pero, mientras en las naciones ricas el tabaco se volvía más caro, en los países en vías de desarrollo los precios disminuían.

Según los autores, en estas zonas el tabaco se ha vuelto más accesible y, en general, no ha experimentado el encarecimiento que sí han sufrido otros bienes y servicios en estos mismos países.

«Es bastante preocupante ver cómo los precios de los cigarrillos han disminuido hasta un 50% entre 1990 y 2000 en Irán, Egipto y Vietnam», escriben los autores del trabajo.

Estos expertos señalan que «las tendencias detectadas en el estudio sugieren que existe un amplio espacio para aumentar los impuestos sobre el tabaco. En demasiados países los precios de los cigarrillos» los vuelven ahora más accesibles que hace una década.