La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el comercio ilícito de productos de tabaco contribuye a la carga mundial de mortalidad y morbilidad causada por su consumo.

Durante la Conferencia Internacional sobre el Comercio Ilícito de Tabaco, celebrada en la sede de las Naciones Unidas (Nueva York), el organismo internacional, ha señalado que el comercio ilícito de estos productos provoca el aumento de su consumo en todo el mundo porque posibilita que los cigarrillos sean más baratos y asequibles y facilita su venta por unidades, en lugar de envasados en paquetes, o desde puntos de venta no reglamentados, a los cuales los jóvenes tienen acceso sin trabas.

El director ejecutivo de la OMS y responsable de las actividades relacionadas con las enfermedades no transmisibles, el Dr. Derek Yach, ha precisado que el contrabando de tabaco «contrarresta los efectos de las políticas nacionales de fijación de precios, priva a los gobiernos de ingresos destinados a combatir el tabaquismo, posibilita que las empresas tabacaleras subviertan y menoscaben la cooperación internacional en materia de control del tabaco y, sobre todo, que debiliten restricciones legales y reglamentaciones sanitarias tales como las referentes a las advertencias sanitarias y la venta a los menores».

Según los datos de la OMS, uno de cada dos fumadores morirá de una enfermedad relacionada con el tabaco, que ya mata a más de 4 millones de personas cada año. Se calcula que para 2020 morirán una media de 8,4 millones de personas y más del 70% de las defunciones ocurrirán en países en desarrollo. Para la OMS el tabaco es una de las principales causas prevenibles de mortalidad y la reducción de su consumo una «prioridad de salud pública».

El comercio ilícito de productos de tabaco es considerado un «problema mundial», por lo que los gobiernos se asocian a los organismos de salud pública en pro de «medidas más fuertes para combatir esa práctica», que representa entre el 6 y el 8,5% del consumo mundial, según datos del Banco Mundial.

Además, constituye uno de los asuntos que negocian actualmente los 191 estados miembros de la OMS con vistas a establecer un Convenio Marco para el Control del Tabaco, con el fin de reducir la mortalidad creciente causada por su consumo.